diumenge, 13 de maig del 2007

Lifting de Photoshop

Cada cop que hi ha eleccions passa el mateix; un mira el cartell d’un candidat i es pregunta: El conec aquest? És clar que el conec!, però costa reconèixer la seva cara. Què ha passat? Doncs que han desaparegut: potes de gall, bosses dels ulls, arrugues i taques de pell i, fins i tot, alguna que altra papada. En fi!, tot un “cambio radical” a lo Photoshop.

Diuen que això és el peatge que es paga als assessors d’imatge, que són els qui realment manen en campanya electoral. Ells, i els “proveïdors de discursos” que determinen quin text s’ha de dir en el míting, quan s’encén el famós botó vermell, indicatiu de la connexió en directe amb alguna cadena televisiva. Treta feta per poder donar el missatge publicitari del partit, eludint la prohibició que hi ha sobre la publicitat directa televisiva no institucional.

Tornant al Photoshop, cal preguntar-se: si al cartell publicitari ens costa reconèixer al candidat, voleu dir que no ens pot passar el mateix amb el seu programa electoral, maquillat campanya rera campanya?

Com trobo a faltar l’austera i ètica serietat del senyor Anguita i la seva famosa frase: “Programa, programa, programa!”

dimarts, 1 de maig del 2007

“Si trinco para el partido, también trinco para mí”

Esta frase se hizo muy famosa y parece sigue vigente, que es perdurable en el tiempo. Tras ella, se esconde todo tipo de “supuestos” legales, una retahíla de: comisiones ilegales, financiación irregular, especulación urbanística; recalificaciones de terrenos, malversación de fondos públicos, corrupción, prevaricación y un largo y generoso etc. Vamos, lo habitual en un régimen democrático y lo más ofensivo en una democracia.

El ciudadano ve, indignado y con estupor, la facilidad de enriquecimiento y ostentación que hacen algunos políticos y la mayoría de constructores. También ve como se disparan los precios de los pisos por culpa de una especulación urbanística, asentada en el seno de corporaciones municipales. Pero el problema no radica tanto en sí mismo, como en la falta de voluntad política para ponerle coto y erradicarlo. Para acabarlo de arreglar, va la fiscalía y nos dice: que todo este maremágnum se quede aparcado hasta después de las elecciones, pues puede influir en el voto del ciudadano. Sencillamente, ¡alucinante!

Seria conveniente que, en su programa electoral, los partidos políticos hicieran una declaración de principios de orden interno y expusieran a todos los ciudadanos las medidas correctoras de depuración y resarcimiento a los ciudadanos por defraudación y corrupción que sus militantes y cargos públicos hacen. Ya que, como representantes de los ciudadanos tienen esa responsabilidad. ¿Qué se apuestan a que ninguna compañía de seguros les cubre dicha responsabilidad?

Como siempre, los políticos a lo suyo. Mientras tanto, el ciudadano a vueltas con el euribor.