diumenge, 24 de febrer del 2008

Carta pública a todos los políticos y periodistas

Otra vez como cada vez que hay elecciones los ciudadanos volveremos a leer en prensa y a escuchar en radio y televisión como políticos y periodistas analizan (“a posteriori”, por descontado y como siempre), deducen y especulan sobre el “fenómeno” de la abstención. ¿Cuándo tendrán la valentía de hacerlo “a priori”? ¿Cuándo tendrán la valentía de preguntarle a la gente la razón por la que decide no ir a votar? ¿Cuándo dejarán de escudarse en subterfugios como: “la gente no ha ido a votar por culpa del buen tiempo”, “la gente está cansada de tanta votación”, etc.?

Ni políticos ni periodistas tienen la patente democrática, la patente democrática la tiene el pueblo de Grecia y de eso hace unos miles de años. La gente el pueblo, depositario de dicha patente democrática está cansado y harto que le den gato por liebre, que le vendan un régimen democrático como si fuera una auténtica democracia. Sí, señores, el pueblo no quiere ni listas cerradas ni listas bloqueadas, ni quiere agravios comparativos entre listas abiertas al senado y listas cerradas al congreso. Ya va siendo hora que políticos y periodistas se “pongan las pilas” y escuchen a los ciudadanos. El pueblo, la sociedad civil, NO QUIERE SER VOTANTE, QUIERE SER ELECTOR. ¿Tanto cuesta entender esto?

Hay tres premisas que diferencian una democracia de un régimen democrático: Las listas abiertas, una ley de financiación de partidos políticos (clara y transparente como el agua) y la alternancia en el poder. Y las tres premisas tienen que cumplirse sin excusas, sin estas premisas no hay auténtica democracia.

La gente, el pueblo, la sociedad civil, cada vez acepta menos al líder político impuesto por el partido con su famosa y arcaica disciplina de partido. El pueblo quiere efectuar su propia elección y sentirse representado (mediante elección libre y directa) por el parlamentario con el que se siente más identificado; busca algo tan elemental como pueda ser esa esencia de toda elección democrática, denominada “primus inter paris” En su defecto, la sociedad civil podría admitir la oferta o relación nominal que propone cada partido político (listas desbloqueadas), pero lo que no puede admitir es que le impongan el orden de esa lista ni su autocrática disposición, totalmente bloqueada.

Sí, la abstención viene determinada por la frustración que comporta ser votante y, a la vez, no poder efectuar una elección libre y directa. Y esta frustración se convierte en impotencia ante esa imposibilidad. ¿Por qué no utilizar los silogismos de Aristóteles, extrapolarlos y aplicarlos a la política en una votación? Dicho de otra manera, ¿por qué no sacar al ciudadano de una votación emocional (o visceral, según se mire) para colocarlo ante una elección racional y pensada, la que brinda la lista abierta? Luego, aún hay caraduras que ensalzan la madurez democrática de los ciudadanos. A esto, en mi tierra, le llamamos manipulación.

Hay más cosas que sorprenden al ciudadano como, por ejemplo, configurar un estado federal o confederal por vía autonómica y mediante un “órdago a la grande”, en el contexto de una monarquía parlamentaria. Y, todavía, tenemos que aguantar al gracioso de turno que se recrea con su estúpido ingenio, cuando dice que tenemos “el rey más republicano de la Historia” Como también sorprende que no gobierne (aunque sea en minoría) el partido más votado y los “perdedores” gobiernen en un afán del poder por el poder. Las coaliciones, señores, “a priori” no “a posteriori”

Señores políticos y periodistas: La abstención es la única arma que tiene la sociedad civil para rebelarse contra un sistema de votación que atenta a la esencia misma de la concepción y percepción democráticas. Con la abstención, el ciudadano castiga a toda la clase política. Otra cosa es que políticos y periodistas (en esa especie de confabulación endogámica que tienen) se den por enterados. Sí, somos muchos los ciudadanos que nos negamos a seguir votando listas cerradas y bloqueadas.

¿Va quedando claro de qué va el tema de la abstención?

Un ex-votante y, espero, futuro elector